domingo, 13 de febrero de 2011

De casta y orgullo

De casta y orgullo. Así fue el partido que realizó ayer un maravilloso sporting ante el todoterreno del F.C.B. Barcelona.

Tuvo que ser un pequeño equipo asturiano, humilde, y herido en su orgullo por el run run que se escuchaba en determinadas tertulias televisivas y en las calles que aseguraba que regalarían el partido y dejarían que el barça los aplastara, el que rompiera la racha histórica de 16 victorias consecutivas del equipo azulgrana.

Un equipo al que su afición los llevó en volandas a recoger un punto más que merecido viendo recompensado el trabajo que hicieron durante un partido eterno que duró más de 95 minutos.

El Sporting salió al campo sin complejos, plantando cara al líder indiscutible de esta liga y consiguiendo adelantarse en el minuto 16 en una acción fantástica de Barral en la que consiguió zafarse de piqué, mientras Milito que acompañaba la jugada se resbalaba y le dejaba vía libre para cruzar su disparo que acabó en el fondo de las mallas.

El planteamiento táctico de Preciado consiguió anular a un Barcelona que en la primera parte no estuvo nada fino. El equipo azulgrana parecía más cansado de lo habitual, errando pases que no son comunes en ellos y perdiendo balones en el centro del campo, lo que provocaba las contras del Sporting que pudieron causar algún susto más. También se notaron las ausencias. Puyol por lesión, al que se echó de menos en el centro de la zaga, y Abidal, Busquets y Pedrito por decisión técnica, dieron paso a un Milito impreciso, a un Mascherano que cortaba balones pero a la hora de repartir el juego dista bastante de Sergio Busquets, a un correcto Maxwell y a un perdido Afellay que no realiza la misma presión que el canario.

En el descanso Guardiola dio entraba a Pedrito por Affelay, y se vió una segunda mitad muy distinta. El derroche físico del Sporting se empezó a notar y el equipo azulgrana empezó a encontrarse asediando una y otra vez al equipo asturiano al que encerraron prácticamente en su área. No fue hasta el minuto 79 cuándo tras un pase en profundidad de Messi, Cuéllar que hizo un partido fantástico se quedó a media salida y David Villa una vez más ajustició a su ex equipo marcando un excepcional gol de vaselina que no celebró por respeto al club en el que militó tantos años y que tanto disfrutó con sus goles.

Finalmente con el pitido final se dio un resultado que futbolísticamente fue justo, ya que una parte fue para cada equipo, pero que moralmente se quedó un poco corto para el equipo gijonés que lo dio todo para conseguir un punto, qué cómo dice Preciado, les supo a gloria.

2 comentarios:

  1. Un breve y acertado análisis del partido, enhorabuena

    ResponderEliminar
  2. Completamente de acuerdo con todo lo que has dicho sentí lo mismo allí sentada a pesar de todo ;)

    ResponderEliminar