Es complicado ser una aficionada madridista, sentarse a escribir tanto tiempo después sobre el equipo de tu corazón tras los últimos acontecimientos y hacerlo dejando lo que sientes de lado.
Cuando alguien escribe sobre fútbol suele hacer referencia a aspectos tácticos, técnicos, a errores arbitrales o a declaraciones en las ruedas de prensa o después del partido, de forma fría, objetiva y racional, pero el fútbol es mucho más que eso. El fútbol no es algo mecánico y técnico, el fútbol es totalmente irracional y provoca un conjunto de sentimientos que alteran la vida de los aficionados para bien o para mal. Por todo esto no puedo apartar en esta entrada todo lo que siento de lo que veo, y por ello, pido disculpas por adelantado
No son buenos tiempos para los merengues, mientras miramos cómo nuestro máximo rival en estos momentos está en su momento más dulce, con triunfos, victorias, espectáculo, con la suerte de cara y con una racha que parece no tener fin nosotros vamos de golpe en golpe.
Todo empezó a torcerse con la lesión de Higuain justo en el partido más importante que habíamos tenido hasta el momento. La lesión de nuestro delantero titular hizo que crecieran nuestras dudas y fue el principio de una serie de desdichas que no han ido acompañando hasta el momento. Justo después fuimos derrotados en el clásico por un resultado humillante y desde entonces no levantamos cabeza.
Polémicas, antimadridismo, fracturas internas que salen al exterior, malos recibimientos en todos los campos, supuestas filtraciones, espectáculos en las ruedas de prensa, acusaciones de favorecimientos arbitrales, y puntos perdidos por el camino es una colección de algunas de las cosas que nos está tocando vivir.
En champions y copa no nos podemos quejar demasiado. Después de muchos años estamos en unas semifinales de Copa y en Champions estamos en octavos con los mejores números de todos los grupos. En liga, en cambio, la historia es otra. Un barça que no afloja y se va librando de sus rivales a base de goleadas y un Madrid que se deja puntos en campos en los que no debería y que practica un juego que deja bastante que desear.
Hace unas semanas el empate con el Almería nos dejaba a cuatro puntos del líder, pero la afición no se rendía. Era una distancia importante y ya empezaba a escucharse un pequeño run run, pero a fin de cuentas todavía no estaba nada perdido. Ayer perdimos en Osasuna, y esos cuatro puntos se han convertido en siete. En otra situación parecería absurdo hablar de una liga decidida a estas alturas con tantos puntos por disputar, pero viendo la situación de un equipo y de otro hace prácticamente asegurar que a no ser que ocurra algo extraño esta competición está perdida.
A pesar de ello, y cómo explicaba más arriba el fútbol es algo irracional y por ello aunque hoy el pesimismo invade los corazones blancos hay algo que la historia del Madrid siempre ha demostrado y que Guardiola decía hace algunas semanas: “Si hay un equipo que tiene vidas y más vidas ese es el Real Madrid”. Por ello y aunque es complicado los aficionados no debemos dejar de creer en este equipo. Debemos apoyarlos ahora más que nunca en los malos momentos y debemos unirnos cómo una auténtica piña blindándonos de todo lo de nuestro alrededor y dando a nuestros jugadores y nuestro entrenador las fuerzas que les faltan, que sepan que creemos en ellos. Si hay algo de lo que se puede estar seguro es de que el Real Madrid…siempre vuelve.