Si algo he descubierto gracias a las redes sociales y a
Internet es que la maldad de mucha gente no tiene límites. Gente que se esconde
tras el anonimato que da la red para criticar y hacer daño simplemente por
divertirse.
Existen dos tipos de personas en ese sentido: las que
simplemente juegan a desprestigiar o insultar sin más, y las que lo hacen por
desconocimiento, y es en este segundo grupo en el que hoy quería centrarme.
Mi entrada de hoy no va a ir sobre futbolistas ni va a ser
una charla moral, sino que va dirigida a intentar aportar datos objetivos sobre
algo que he observado y que me da mucha rabia.
La protagonista de hoy es la periodista deportiva Irene
Junquera.
Estoy cansada de leer por distintas redes sociales que “sólo lee
mensajes”, que está ahí “de florero por ser guapa”, e incluso gente que a estas
alturas pregunta “¿es periodista o sólo lee mensajes?”, y otro tipo de
barbaridades que no quiero reproducir.
Hoy quiero que conozcáis un poquito cuál es la trayectoria de
Irene y cuál es realmente su trabajo, para que sepáis la verdad e intentar
desterrar estos tópicos que son totalmente falsos.
Irene es licenciada en periodismo. Escogió periodismo
deportivo por vocación, porque le encanta el deporte y desde niña le ha llamado
mucho la atención. Comenzó desde abajo cómo becaria en la radio, concretamente
en “Punto Radio” dónde formaba parte de la redacción.
Su primera entrevista fue a Ronaldo Nazario. Tras varios meses le ofrecieron su
primer contrato. Tiempo después Josep Pedrerol se embarcó en el proyecto de
“Punto Pelota”. Él conocía a Irene de la radio y desde el primer momento contó
con ella para que formara parte de su equipo cómo redactora.
Desde que empezó en Punto Pelota ha realizado más de 100 reportajes
y ha entrevistado a grandes personajes del mundo del deporte cómo Ronaldo
Nazario, David Villa, Fernando Llorente, Sergio Busquets, Pepe Reina, Álvaro
Arbeloa, Álvaro Negredo, Juan Mata, Santi Cazorla, Pedro Rodríguez, Joan Capdevila, Borja
Valero, Javi Martínez, Iker Casillas, Vicente del Bosque,Rudy Fernández, Derrick Rose o Fabrice Muamba entre
otros.
Con tan sólo 27 años ya ha cubierto íntegros cómo enviada
especial un mundial y una Eurocopa en los que España resultó campeona. Y no, no
fue enviada cómo en otros canales con todos los medios del mundo y las
entrevistas pactadas. Ella se tuvo que buscar la vida, fue enviada con un
cámara y con la única premisa de que cada noche tenía que realizar un directo y
tener algún reportaje o entrevista, cometido que cumplió con creces.
Fue testigo directo de la gesta histórica del Athletic de
Bielsa en la Europa League consiguiendo que le concedieran entrevistas los
protagonistas, que le abrieran las puertas de su casa, y obteniendo exclusivas
cómo de qué forma se conjuraban antes de los partidos.
Se centró en trabajar y aprender y por ello en los programas
en directo al principio casi no intervenía, pero con el tiempo ha ido creciendo
y participando más y más. A sus manos le han llegado muchas veces noticias,
pero su ética periodística le ha hecho siempre ir con pies de plomo y sólo ha
dado aquellas noticias que ha podido contrastar y corroborar con seguridad.
Su jornada laboral no comienza a las 00:00 de la noche cómo muchos piensan. Irene
tiene un horario laboral cómo cualquier persona, haciendo sus horas
estipuladas, siempre y cuándo por la mañana no haya tenido que cubrir algún acto
determinado porque entonces tiene que comenzar desde muy temprano habiendo
llegado a enlazar días en los que ha comenzado a trabajar desde por la mañana y
después de todo el día luego ha estado en el programa, y sin contar todos esos
reportajes en los que se ha tenido que desplazar a diversos puntos de España.
Se encarga de participar en las reuniones de contenidos
dónde entre todos deciden los temas a tratar en el programa, de contactar
muchas veces con los invitados, de proponer vídeos, reportajes y buscar la
manera de llevarlos a cabo, además de montar muchos de los vídeos que aparecen
durante Punto Pelota.
Finalmente, después de todo el trabajo en la redacción, participa
en el programa en directo poniendo voz a los telespectadores para así hacer a la gente partícipe con sus opiniones.
Después de todo esto no pido que el trabajo de Irene tenga
que gustar porque sí, porque ya sabemos que para gustos los colores y que se
pueden realizar críticas constructivas, pero espero que aquéllos que tenían el
desconocimiento de cuál era su labor ahora con todos estos datos objetivos
reflexionen y nunca más vuelvan a juzgar sin saber o a repetir esa molesta frase
de “sólo lee mensajes”.