Ya es LEYENDA

El 13 de septiembre de 2010 es una fecha que estará marcada por siempre en todos los calendarios.
Ayer, después del aplazamiento por la lluvia del día anterior, e incluso de tener que parar el partido durante algo más de una hora porque la lluvia amenazó de nuevo, por fin, hacia las cuatro de la mañana, Rafa Nadal se proclamó campeón del US Open convirtiéndose en leyenda y grabando su nombre con letras de oro en la historia del deporte español.
No importó que la final fuera de madrugada, porque por todo el mundo millones de españoles y de amantes del tenis estaban pegados a sus televisores o sus ordenadores para poder ver en directo la gran hazaña que Rafa protagonizó.
Sólo tiene 24 años y ya ha ganado los 4 Gran Slam, pero lo mejor no es sólo eso, sino que su hambre no se ha terminado y sobretodo, que esa gran humildad que le caracteriza sigue estando presente a pesar de ser posiblemente el mejor deportista español de todos los tiempos.
Para mí lo de ayer no es un simple título sin más, sino que lo considero una historia de superación personal. Tras haber tocado con los dedos el cielo y conseguir el número uno, Rafa pasó una mala época. Entre problemas personales y sus lesiones parecía que nuestro campeón ya nunca volvería a ser el mismo. Muchos lo enterraban y decían que nunca volvería a ganar, que había ido cuesta abajo y que no volvería a ser grande otra vez, pero Rafa no se rindió. Trabajó duro. Empezó titubeante pero cada vez más seguro. Recuperó el número uno, y ayer, puso esa guinda final, viviendo ese momento con el que tanto había soñado y demostrando que su cima no tiene techo.
Hoy todos podemos gritarlo bien alto, y algún día se lo contaremos a nuestros hijos o nuestros nietos: Yo vi jugar a Rafa Nadal.