lunes, 4 de octubre de 2010

La esperanza blanca

Lo que ayer pudimos ver en el Santiago Bernabéu fue la demostración de lo que ocurre cuando por fin se deja de jugar de forma individual para hacerlo en EQUIPO.

El juego feo, aburrido, plano y sin ideas del Real Madrid se transformó en un juego vistoso y agradable para el espectador que hizo que la afición blanca sonriera de nuevo.

Cristiano Ronaldo, Higuain y Di Maria se olvidaron de sus individualismos para crear jugadas de elaboración en las que unidas a la magia de Özil, al trabajo de Khedira, a la precisión de Alonso y a la contundencia y seguridad de la defensa y de Casillas hicieron que los aficionados disfrutaran con su equipo como hacía tiempo que no lo conseguían.

Es cierto que el cabezazo de cristiano a los dos minutos sacó por completo del partido a un depor que no pasa por su mejor momento precisamente, pero a pesar de ello el juego desplegado por el equipo blanco rozó el sobresaliente haciendo aún más indefenso todavía al equipo gallego.

La ansiedad se transformó en ambición, y a pesar de la goleada, los ataques y el intento de nuevas jugadas y nuevos goles no cesaron en los 90 minutos, lo que provocó los aplausos de un Bernabéu que estaba necesitado de alegrías.

La hazaña de ayer ha servido para que la decepción que muchos sentían tanto con sus jugadores como con el equipo en general ahora se transforme en confianza, y para que esa paciencia casi agotada se renueve al haber recibido una gran inyección de moral.

En múltiples medios se preguntan si esta es la cara que el madridismo quiere ver, y la respuesta es obvia. Este es el Madrid que los aficionados esperaban y que desean, sin embargo, los madridistas estamos cautos. Sabemos que es posible que el juego gris y aburrido vuelva, y que es posible que lo ocurrido ayer fuera un espejismo, pero al menos ha servido para renovar una fe que parecía perdida. Ahora el madridista sabe que el Madrid con el que sueña es posible, y que con tiempo y trabajo pueden conseguirlo.

1 comentario:

  1. Muy bueno Amara. Espero que lo que vimos ayer no haya sido un espejismo y sigamos en esta linea.

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